En plena naturaleza y rodeada de montañas, esta vivienda ofrece una experiencia de vida única, tranquila y conectada con el entorno. Ubicada sobre una parcela privada de más de 4.000 m², esta propiedad grantiza privacidad, vistas especataculares y una calidad de vida inigualable.
La casa, de estilo nórdico, está construida principalmente en madera, lo que le otorga una atmósfera cálida y acogedora en cada rincón. Desde su fachada blanca con detalles en madera natural hasta su tejado a dos aguas con placas solares, todo en ella está pensado para vivir en armonía con el medio ambiente. La vivienda cuenta con un amplio salón rodeado de grandes ventanales que permiten disfrutar de la luz natural durante todo el día, así como de las impresionantes vistas al valle y las montañas de Aitana. Junto al salón se encuentra una terraza cerrada convertida en un acogedor espacio de estar, perfecta para relajarse o recibir visitas. Además, dispone de una chimenea que aporta calidez y encanto en los meses más fríos.
La cocina, totalmente equipada y con isla central, combina funcionalidad con diseño rústico-moderno, integrándose perfectamente con el estilo de la casa. La vivienda cuenta con tres habitaciones, todas ellas con luz natural y una decoración acorde al estilo acogedor de la casa. Una de ellas se encuentra en la buhardilla, un espacio amplio con techos inclinados que mantiene el encanto del entorno de montaña.
El terreno, totalmente vallado en la parte trasera, dispone de una zona de huerto con bancales delimitados con piedra, un pequeño almacén y depósitos de agua de gran capacidad, lo que permite llevar una vida más autosuficiente. La vivienda está dotada de energía solar, reduciendo al mínimo la dependencia de servicios externos.
El acceso a la propiedad es cómodo gracias a un camino asfaltado que llega hasta la entrada. La casa cuenta con una amplia zona de aparcamiento, con espacio suficiente para varios vehículos. Su ubicación entre Confrides y Guadalest, dos pueblos con encanto de la Marina Baixa, permite disfrutar del interior alicantino sin renunciar a la cercanía del mar, ya que las playas de Altea y la costa se encuentran a tan solo 30 minutos.
Esta casa es perfecta tanto como residencia habitual como para segunda vivienda, y ofrece también un gran potencial como alojamiento turístico o retiro rural. Si estás buscando un hogar diferente, sostenible, con alma y rodeado de belleza natural, esta es tu oportunidad.
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